a belen pastores

Estamos metidos, sin darnos apenas cuenta, en plenas fechas navideñas. Casi no era consciente hasta que el otro día en el súper, una señora que iba delante de mí en la cola para pagar, preguntaba muy contenta al chico de la caja:”¿estos mantecados que llevo me los pesas tu o los peso yo en frutería?”

A Belén pastores

Estamos en puertas de cerrar este año, bautizado para la posteridad como annus horribilis. Desde aquél 15 de marzo de 2020 han llovido nueve meses, un embarazo, en el que hemos tenido tiempo de gestar una nueva criatura en nuestras mentes: la ESPERANZA.

Creo que cada uno de nosotros hemos sido conscientes, en mayor o menor medida, de la FUGACIDAD de la vida, de nuestra FRAGILIDAD a nivel FÍSICO y del contraste de nuestra FORTALEZA a nivel MENTAL. Estamos preparados para mucho más de lo que creíamos… hemos salido a marchas forzadas, por imperativo legal, de nuestro estado de letargo. Me refiero a ese estado en el que nos conducimos, en nuestro día a día, en PILOTO AUTOMÁTICO. Ese estado en el que ahora hemos tenido la oportunidad de que venga la mejor maestra, la vida, a chillarnos: “eh, tú, espabila que tu existencia puede acabarse hoy mismo” Aunque todos sabemos que desde que nacemos, comienza nuestro morír, se nos olvida. No digo que sea agradable que nos lo recuerden a través de una CRISIS MUNDIAL en forma de pandemia, pero si ha ocurrido así, es porque la vida no tenía otra forma de pararnos y hacernos REFLEXIONAR.

La vida no nos ha concedido más treguas

Una reflexión a la que todos hemos estado y seguimos estando expuestos. AHORA la vida no nos ha concedido más treguas. Exceptuando aquellas personas que hayan sobrevivido a guerras mundiales, este tsunami a nivel planetario en forma de virus, nos ha parado en seco y nos ha obligado sí o sí a replantear nuestras vidas desde los cimientos.

Personalmente agradezco el zarandeo vital que me ha regalado el covid, una nueva oportunidad para RECOMENZAR, para poner al sol los deseos de mi alma que clamaban desde hace años por ver la luz y materializarse. Hemos perdido muchas vidas, con gran crudeza las circunstancias nos llevan a ratificar, que este pijama de carne que llevamos por carcasa es de una levedad aplastante. Hoy estamos habitando este planeta y mañana no.

Tiempos de cambios profundos

Son tiempos de CAMBIOS profundos, en la FORMA Y EN EL FONDO. Estamos, nada más y nada menos, que ante un vivo ejemplo de SELECCIÓN NATURAL. Puede que parezca cruel, pero es una ley vigente desde que el mundo es mundo y toca por igual a animales, plantas y humanos. Nos guste o no la ley del MEJOR ADAPTADO O DEL MAS FUERTE es la que impera por propia lógica de EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES.

Unamos todas nuestras mejores energías

Volvamos a estos días de luces y turrón para que tanto pensamiento profundo no se nos haga bola. Demos un giro a los momentos actuales, de los que estoy segura que muy pronto nos acordaremos con una vis mucho más positiva y enriquecedora y encaminemos nuestros pasos hacia el NACIMIENTO DE UN NUEVO AÑO.

¡A Belén pastores! Tuneando un poco la letra del villancico o al menos su significado.

Unamos todas nuestras mejores energías y buenos deseos para encaminarnos, como buenos pastores, hacia Belén o casa del pan. Sí, has leído bien, Belén significa casa del pan. El pan como alimento para nuestros cuerpos y también para nuestras almas en forma de DESEOS O METAS por cumplir. ALIMENTA TU ALMA con buenos pensamientos cada día y encamina tus pasos hacia el NACIMIENTO de NUEVOS RETOS, preñados de INCERTIDUMBRE Y MAGIA. Seamos como niños y permitamos que nuestras mentes inviertan los pensamientos de DOLOR E INSATISFACCIÓN por otros de AMOR Y CONFIANZA. La FE sostenida a cada paso hará el resto. Grandes dosis de PACIENCIA Y MERECIMIENTO.

Esperanza

Demos rienda suelta, sin juicios, a los niños que todos llevamos dentro y entonemos pandereta en mano: A Belén pastores… porque ha nacido la ESPERANZA DEL YO SOY CAPAZ DE TODO LO QUE PUEDA SOÑAR… DENTRO DE CADA UNO DE NOSOTROS.

FELIZ NAVIDAD.

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