Running

 

Está de moda, eso está claro. RUNNING como deporte y RUNNING de un lado para otro como pollo sin cabeza. Y no lo critico, vaya por delante… Pues yo soy la primera que he gastado zapatillas y zapatillas de correr y que me he apoyado en la carrera como tabla de supervivencia muchos años de mi vida.

En cuanto a la segunda premisa, la de correr a diestro y siniestro apagando fuegos propios y ajenos y cargando con más de lo que podía, también podría hablaros un largo rato…Al fin y al cabo más de lo mismo HUIR A TODA VELOCIDAD DE MI MISMA, montándome yo sola un buen peliculón para desviar el foco de atención hacia afuera en vez de apuntar hacia adentro…

Running…Running…



Afortunadamente llega un momento en el que la vida nos dice: “alto ahí…documentación…” o sea el equivalente a …” como no tienes intención de pararte a observar ni para ver hacia dónde vas, he decidido pararte yo, a lo mejor así te vas enterando un poco mejor de que la cosa va de bajar el ritmo no de aumentarlo…”

Apuntar con el dedo hacia los demás es relativamente fácil, todos sabemos lo bien que se nos da…lo de pararse a mirarse la joroba es otro cantar.

Bajar revoluciones.

 

Previo a poderse mirar la joroba es darse cuenta de que la tenemos, ya sabemos todos de lo que estamos hablando, podríamos citar un montón de frases míticas tales como” yo en la vida lo haría …” o … “eso a mí no me pasa ni por casualidad” … …” yo estoy fenomenal es el o ella quien tiene el problema..” Nuestra mejor aliada la vida siempre se encarga de servirnos dos tazas de eso de lo que renegamos…en ocasiones hasta tres, para que estemos bien serenos y aprendamos bien que el único antídoto válido pasa por un “BAJAR REVOLUCIONES” y entrar en modo PAUSA Y OBSERVACIÓN CONSCIENTE.

¿De qué nos sirve llegar a meta cojeando y con el hígado que se nos sale literalmente por la boca para recoger el ansiado trofeo más muertos que vivos? ¿de verdad compensa seguir dentro de la RUEDA DE LA VIDA en modo centrifugado para salir consumidos hasta los huesos?

Hazte cargo de las veces que entramos en las listas interminables de tareas, las veces que llegamos exhaustos a la noche para poder quejarnos un poquito más y contribuir echando más leña al fuego a nuestra asfixiante existencia.

Pausa

De acuerdo que hay momentos en los que nos vemos sobrepasados por las circunstancias, obligaciones y demás avatares de la vida.  Igual de cierto es que siempre hay momentos para decir PAUSA.  Ahora paro porque me lo propongo y lo hago. Ya habrá tiempo luego, si así lo decido, de volverme a calzar las zapatillas y subir revoluciones de nuevo.

Esos momentos de pausa son los que necesitamos más que el aire que respiramos para sentir si las zapatillas nos molestan aquí o allá. Si nos estamos sintiendo bien por dentro o nos sentimos angustiados, si quizá necesitamos rebobinar para aclarar una conversación que no nos ha gustado con nuestro jefe, hijo o vecina.

Todo lo que necesitas es PAUSARTE.  Así evitamos un rosario de indigestiones, malentendidos y estreses innecesarios.  Solo pueden acabar en querer salir pitando y correr y huir a toda velocidad de nosotros mismos por no permitirnos: PARAR, SENTIR, HABLAR y COMUNICAR.

Cuidado que la navidad está a la vuelta de la esquina.  No se trata de llegar a la mesa como el pavo de navidad, relleno a más no poder y al borde del explotido.

Calma, paso firme y a tu ritmo, siempre a tu ritmo. ?